El masaje craneal mejora la salud de los niños prematuros
(Reproducción de la entrevista realizada Estela Freytes es terapeuta cráneosacral e imparte clases en el Centro de Preparación al Parto y Post-parto Más Natural
de Madrid).
En España nacen cuatro mil bebés prematuros al año.
Sacarlos adelante tiene un coste emocional para los padres devastador.
Hoy día tener un hijo antes de la semana 37
no supone el mismo riesgo que antes pero siempre quedan algunas
secuelas, tanto a nivel físico como emocional. Todas ellas dependen de
la semana en la que el bebé nazca. No supone lo mismo de cara a su
posterior desarrollo que el nacimiento se produzca en la semana 24 que
en la 34. Esas secuelas pueden ser paliadas, por ejemplo, con terapias
no invasivas como la cráneosacral.
Estela Freytes es terapeuta cráneosacral e imparte clases en el Centro de Preparación al Parto y Post-parto Más Natural de Madrid, ayudando a los padres a corregir aquello que haya podido surgir tras un nacimiento antes de tiempo. Los resultados son espectaculares.
Freytes explica que «la terapia cráneosacral es un profundo
método de trabajo corporal y emocional por el que a través de las manos
del terapeuta, se accede al sistema cráneosacral que está en íntima
relación con los sistemas nervioso, músculo esquelético, vascular,
endocrino y respiratorio». La experta considera que «dicha técnica es efectiva para mantener y aumentar la salud,
al estimular cuidadosamente los movimientos de los fluidos cerebrales y
medulares, de tal manera que refuerza el cerebro, el sistema nervioso y
la médula espinal».
El vínculo con el bebé
«El sistema de fluidos en el que está incluido el sistema
nervioso queda limitado y restringido en personas enfermas, en aquellos
que han pasado situaciones traumáticas o manifiestan algún síntoma. Por
lo tanto, debe ser optimizado el movimiento de los huesos craneales con
los tejidos con los que están asociados, o sea con el sistema de
membranas», explica Freytes.
La terapeuta recuerda que «el doctor Sutherland,
al que le debemos grandes aportes, descubrió que el sistema nervioso
central y el fluido cerebroespinal que lo baña, tiene un movimiento
rítmico muy sutil que un terapeuta experimentado es capaz de sentir con
su tacto, como sentimos otros movimientos rítmicos, tales como la
respiración o los cardíacos».
«Tienes que mantener la seguridad del entorno para el bebé»
Freytes destaca de su trabajo que «hay que desarrollar mucho respeto por ese ser que está siendo tocado.
Ese respeto va a hacer que el bebé se sienta mirado: yo estoy siendo
reconocido como el ser que soy y esto le hace a él más fácil de aceptar
este entorno extraño y amenazante que es la consulta. Durante la sesión
yo trato de estar conectada totalmente con el bebé a través del sacro,
espina dorsal, ojos y susurrando sonidos muy suaves. Cuando me olvido
que estoy con un bebé, él provoca una protesta, por ejemplo cuando hablo
con su mamá. Y si el contacto no es posible porque el bebé quiere
fuertemente estar con su mamá, eso está bien para mí, y siempre
favorezco el encuentro con los brazos de su mamá».
La sensibilidad de un prematuro
El modo en que nacemos y somos acogidos determinará en buena medida nuestra capacidad de estar en el mundo. El bebé prematuro tiene una sensibilidad enorme
y se ve sometido a dolores y molestias en un ambiente hostil. Esto le
acabará creando un recuerdo neuronal y una alta sensibilidad. De este
modo, a lo largo de su vida tenderá a ser un ser hipersensible comparado
con el resto de las personas.
Las primeras sesiones de TSC con bebés supone un proceso de
descubrimiento y observación de lo que está ocurriendo física y
emocionalmente. El terapeuta debe aprender a apoyar a la madre y a su
bebé, especialmente al bebé prematuro que suele traer una historia a
veces de sufrimiento.
Tratar a un niño que nace antes de tiempo
El terapeuta comprueba si hay signos de traumatización que
pueden presentarse como disociación, tensión, llanto excesivo o
irritabilidad, no mantener el contacto ocular. Hay casos más extremos y
pueden presentar hipotonías, flaccidez de los tejidos.
«La terapia cráneosacral es un técnica ideal para el estrés»
La compresión del nervio vago suele producir irregularidades en el pulso, alteraciones respiratorias y digestivas. La irritación del nervio glosofaríngeo puede crear dificultad al tragar y alimentarse. La irritación del nervio hipogloso, debida a pautas que afectan al occipital, puede crear problemas para amamantarse. El bebé prematuro pasa mucho tiempo tumbado si ha tenido que quedarse hospitalizado. Su cráneo es aún más blando que el de un bebé nacido a término. Facilitar la descompresión de esta región, resuelve causas de irritación para el bebé.
El sistema autónomo está dividido en dos ramas, simpático y
parasimpático. El simpático está vinculado con la respuesta de «lucha o
huída», el parasimpático con el funcionar normal, cuando uno está
tranquilo y sereno. Con la TCS, tal y como explica la experta, estamos
facilitando que ese sistema parasimpático se exprese, sólo con pequeños
toques en el cuerpo de forma sutil. Tan sutil que la mano del terapeuta
pesa sobre el cuerpo del paciente lo que pesa una moneda de 20 céntimos,
como papeles de celofán sobre el cuerpo del bebé.
El tratamiento craneal aplicado en los bebés que nacieron prematuros «les ayuda a restaurar el orden y el equilibrio facilitando los movimientos del cuerpo, mejorando la circulación del fluido linfático, favoreciendo la flexibilidad muscular, la de los huesos, la de los órganos internos y eliminando muchas de las causas de irritación nerviosa».
Lo mejor es empezar lo antes posible, generalmente cuando
se les da el alta en el hospital. La terapia cráneosacral es tan suave
que tu bebé puede ser tratado con ella. Este tratamiento, por sus
características, es apropiado para bebés y niños y pueden recibirlo en
brazos de sus padres, mamando, jugando sobre la alfombra o en la
camilla.
Tomado de Padres e Hijos / ABC - 22/11/2014
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