- HASTA LOS 4 AÑOS DE EDAD:
Es
normal que los niños se chupen el dedo antes de los 4 años de edad
y en general no se debe prestar atención a esto, sobre todo cuando
el niño está cansado, enfermo o nervioso. Hay que ayudarle a
superar las situaciones que lo ponen nervioso.
No
obstante, si el niño tiene más de un año de edad y se chupa el
dedo porque está aburrido, sería conveniente distraerlo dándole.
algo para hacer con las manos sin mencionar su inquietud porque se
chupa el dedo.
De
vez en cuando es bueno elogiarle por no chupar el dedo. Hasta que su
hijo sea suficientemente mayor para poder razonar con él, cualquier
presión de parte de los padres que se efectúe para que deje de
chuparse el dedo sólo producirá resistencia y falta de
colaboración.
La
acción de chuparse el dedo expresa la capacidad del niño para
autosatisfacerse en el nivel sensorial, para calmarse.
El
chuparse el dedo es un comportamiento normal en los niños. La
acción proporciona tranquilidad y confianza. Después de la
edad de tres o cuatro años, es importante que el niño deje de
succionar el pulgar, debido a que la succión puede causar
deformaciones significativas orales e irreversible. Este hábito con
frecuencia es difícil de eliminar y requiere mucha paciencia y
habilidad por parte de los padres.
Distráigalo
o no preste atención cuando chupe dedo
Es
normal que los niños se chupen el dedo antes de los 4 años de
edad, por lo que no debe prestarle atención, sobre todo cuando el
niño está cansado, enfermo o nervioso; para ello; puede ayudarle a
superar las situaciones que lo ponen nervioso, si está aburrido,
trate de distraerlo déle algo para hacer con las manos sin
mencionar su inquietud, de vez en cuando elógielo por no chuparse
el dedo.
Cuando
su hijo sea más grande, podrá razonar con él, por lo que no
olvide que cualquier presión de su parte para que deje de chupar
dedo sólo producirá resistencia y falta de colaboración.
Algunas
sugerencias para dejar el hábito:
1.
Usted debería ser capaz de explicar por qué debe dejar de chuparse
el dedo, este paso es importante para que el niño entienda las
posibles consecuencias de continuar chupándose el dedo pulgar. Explíqueselo con palabras sencillas.
2.
Involucre a su hijo mediante la creación de un programa de
incentivos (“- Si no te chupas el dedo conseguirás esto.”) que
le ayude a detener la conducta: por ejemplo, un calendario en el que
se señalen los días que se ha chupado el dedo o y los dias en
que no lo ha hecho. Cuando no haga la conducta utilice una recompensa apropiada. El objetivo es encontrar una manera divertida con la
que ayudar al niño a erradicar la conducta. Creer que sólo
con gritos o castigos vamos a erradicar este hábito es erróneo.
3.
Esté atento a los momentos en los que el niño está solo; es más
probable que se chupe el dedo. Intervenga facilitando la realización
de actividades
como dibujo, pintura, rimas, etc.
4.
También se puede poner cinta adhesiva en el pulgar, un guante o un
barniz amargo, pero hay que explicarle por qué le puso cinta
adhesiva o un guante. Deberá asegurarse de que entiende que no es un castigo. Dígale que esto es para ayudarle. Para hacerlo
más divertido, se puede elegir la cinta adhesiva con pequeños
personajes.
5.
Ármese de paciencia y observe de forma amplia el carácter y el
ambiente con el que interacciona el niño (familia y escuela). Esté
atento a las características de su entorno que
puedan favorcer está conducta (ambientes y situaciones
estresantes).
Qué
deben saber los padres:
-
El acto de chuparse el dedo, es una conducta que le proporciona al
niño seguridad y tranquilidad.
El
pecho de la madre, el biberón y el chupete han sido los encargados
desde pequeños de satisfacer estas necesidades; por lo que puede
que el niño, una vez retirados estos elementos, continué buscando
esa sensación placentera en otros estímulos orales, como por
ejemplo: su dedo pulgar.
-
Es muy frecuente que la conducta de chuparse el dedo esté asociada
a otro movimiento con la otra mano, por ejemplo, tocarse la oreja,
el pelo, hacer bolitas, tocarse el ombligo, etc
-
Otras causas que pueden dar explicación a esta conducta, son:
- Comportamiento regresivos (nacimiento de un hermano, cambios de domicilio, separación de los padres…)
- Proporciona seguridad
- Producido por el aburrimiento
- Como respuesta a situaciones de ansiedad, inseguridad, angustia…
Consecuencias
de chuparse el dedo
Chuparse
el dedo puede provocar deformaciones: en el dedo pulgar ocasionando
callos y heridas dolorosas, también en encías, dientes y paladar.
Esto puede provocar alteraciones en el lenguaje, concretamente
dislalias (alteración en la articulación de los fonemas).
¿Qué
podemos hacer los padres?
La
actitud de los padres es muy importante. Pensad que el problema no
es sólo de vuestro hijo sino de los tres. No se arreglará el
problema sacándole el dedo de la boca ni diciéndole repetida y
monótonamente "deja de chuparte el dedo, pareces un bebé".
No lo ridiculices nunca ni le quites mérito. Le cuesta mucho
abandonar un hábito que le da seguridad y bienestar. Piensa como él
y ponte en su situación.
Valora
y motiva cualquier pequeña colaboración por su parte con halagos….
Para los pequeños, visualizar sus éxitos, les es de gran ayuda.
Para ello podéis fabricar con vuestro hijo un calendario semanal,
en el que anotar utilizando: dibujos, estrellas, coronas… los
logros conseguidos cada día. Establece previamente con tu hijo qué
recompensa obtendrá si consigue controlar su conducta (poco a poco,
primero dos veces al día, luego tres…).Algunas de las recompensa
que podéis utilizar son: ir a casa de un amigo, al cine, a casa de
los abuelos, un ratito más de juego, etc, evitando así las
recompensas materiales que pueden terminar siendo un chantaje.
Por ejemplo: Durante dos semanas vas a controlar exclusivamente esta conducta mientras come. Pega o dibuja un sol los días que lo hace correctamente y no le recompenses con ningún dibujo los días que no lo ha conseguido. Al cabo de los días estipulados puedes canjear sus puntos por el premio establecido
Aunque
se chupen el dedo en casa no es frecuente que también lo hagan en
el colegio. En el caso de que esto ocurra, explica en el colegio qué
sistema sigues de recompensa en casa. Así ellos podrán ser
consecuentes con tus objetivos y continuar con la misma metodología.
En ningún caso debe ser ridiculizado delante de los demás niños,
tanto dentro como fuera del colegio.
- DESPUÉS DE LOS 5 AÑOS DE EDAD:
Ayúdele
a su hijo a dejar de chupar dedo durante el día
Los
niños de 5 años de edad ya puede razonar y están en una etapa de
desarrollo en la que pueden cooperar con los padres y tratar de
superar el mal hábito, para ello es bueno que comprendan la
relación entre causa y efecto, la capacidad para distinguir el bien
del mal, y la habilidad de practicar cierto control de sí mismo.
Si
su hijo está de acuerdo con dejar de chupar dedo, el próximo paso
es planificar la actuación a partir de un programa de refuerzo,
teniendo en cuenta: que los niños pueden frustrarse con facilidad y
querer dejar de intentarlo rápidamente, la ayuda de los padres es
fundamental para el éxito por lo que deberán estar a su
disposición durante los primeros días difíciles para distraerlo
del hábito de chupar, planeando para ello actividades para
mantenerle las manos ocupadas, como por ejemplo: dibujar, hacer
artes manuales, rompecabezas y juegos(si las manos están ocupadas
no se las pondrá en la boca), también podemos buscarnos maneras de
recordárselo, como: colocando una cinta en el pulgar… Elogie a
su hijo cuando note que no está chupando dedo en situaciones en que
antes lo hacía. Esto servirá para aumentarle la confianza en si
mismo.
Cuando
un niño se chupa el pulgar los padres se alarman y se preocupan por
hacer desaparecer esa “manía”, sin pararse a pensar el efecto
reconfortante que tiene para el niño ese acto.
Esta
preocupación e interés por parte de los padres por acabar con esa
manía, les conduce a abusar de los castigos llegando así a
situaciones desagradables para los padres y para los niños, a la
vez de conseguir pocas mejoras, por lo que es este boletín os
proponemos: entender el hábito de chuparse el dedo y orientaciones
para su posible solución. Las orientaciones que se proponen, se
plantean desde el refuerzo positivo, es un trabajo conjunto entre
padres e hijos, que requerirá de mucho esfuerzo, dedicación,
paciencia etc pues supone desaprender un hábito.
Después
de los 5 años de edad, ayude a su hijo a dejar de chuparse dedo
durante el día:
1. La
mayoría de los niños de 5 años de edad ya puede razonar y están
en una etapa de desarrollo en la que pueden cooperar con los padres y
tratar de superar un mal hábito. Deben poder comprender la relación
entre causa y efecto, la capacidad para distinguir el bien del mal y
la habilidad de practicar cierto control de sí mismo y poder negarse
ciertas cosas.
2. Primero,
trate de convencerlo para que deje de chuparse el dedo, mostrándole
cómo se le pueden estropear los dientes y afectar otras partes del
cuerpo. Háblele sobre los aspectos no saludables de colocarse el
pulgar lleno de gérmenes o sucio en la boca. Hay que apelar a su
orgullo. A esa altura la mayoría de los niños estarán de acuerdo
en que les gustaría dejar de chuparse el dedo.
3. Si
el niño dice que está de acuerdo con dejar de chuparse el dedo, el
próximo paso es planificar cuidadosamente su abandono. Para
ayudarles a que tengan éxito, los padres deberían estar a su
disposición durante los primeros días difíciles para distraerlo
del hábito de chupar, planeando actividades para mantenerle las
manos ocupadas, como por ejemplo dibujar, hacer artes manuales,
rompecabezas y juegos.
4. Puesto
que la mayoría de los niños que tienen el hábito de chuparse el
dedo no se dan cuenta de lo que están haciendo, es importante que
haya alguna manera de recordárselo, colocando algo sobre el pulgar.
Las tiritas con personajes infantiles son útiles durante el día,
pero los niños por lo general necesitan ayuda para colocárselas en
la parte superior del pulgar. Sin embargo, es importante que el niño
use las tiritas porque quiere y no porque sus padres lo obligan.
Preséntele este recordatorio como si fuera un ayudante especial para
saber cuándo el pulgar se le quiere mete a la boca sin que él se dé
cuenta. Limite la cantidad de tiempo que el niño ve televisión
durante las primeras semanas y evite otras situaciones que estimulen
el hábito de chupar.
5. Los
niños mayores también podrán querer una actividad para controlar
la urgencia que sienten por chuparse el dedo. Puede sugerirle que
haga algo distinto con el pulgar, como por ejemplo colocarlo dentro
del puño cerrado durante 10 segundos o girar los pulgares, uno
alrededor del otro. Aunque lo mejor es que el niño se acuerde solo,
a veces es útil que los padres se lo recuerden al niño, siempre y
cuando él esté de acuerdo. Pregúntele si está bien que se lo
recuerden cuando él se olvide. Hágalo con delicadeza, con
comentarios como "¿Sabes qué?", y poniendo el brazo sobre
el hombro del niño para que se acuerde que está chupando dedo de
nuevo.
Al
mismo tiempo, ayude a su hijo a que deje de chupar dedo de noche:
6. La
mayoría de los niños dependen mucho de chuparse el dedo para
relajarse y dormirse por la noche y durante la siesta. Este hábito
al dormir es la parte más fuerte del comportamiento y la que lleva
más tiempo en eliminar. Es importante tratar de superar el problema
de noche, al mismo tiempo que se lo trata de superar de día, para
reducir la frustración y aumentar la probabilidad de éxito.
7. Los
padres, por la noche, puede decir al niño que chupar el dedo para
dormirse no es su culpa, porque "ese pulgar se te mete en la
boca sin que te des cuenta, porque estás dormido." Necesitará
un buen recordatorio, como por ejemplo algo que le cubra toda la
mano. Ponerle una media larga de algodón sobre la mano es lo más
efectivo. Otra posibilidad es un guante o un títere de mano. Ayúdele
a tomar este recordatorio como una manera inteligente y divertida de
ayudarle, y no como un castigo. Es importante que los padres
recuerden que ellos no pueden eliminar el hábito por el niño. El
hábito es del niño, y éste debe cooperar voluntariamente.
Incentivos:
8. Elogie
a su hijo cuando note que no está chupando dedo en situaciones en
que antes lo hacía. Esto servirá para aumentarle la confianza en sí
mismo. Póngale una estrella en su cuadro o déle una recompensa
(como una golosina o un cuento más por la noche) al finalizar el día
o en un tramo concreto de tiempo si no se chupó el dedo.
Si
todas estas pautas no sirven, se debe acudir a un psicólogo, debido
a que si se prolonga el hábito pueden surgir problemas de
malposición dental.
Es
muy importante que no se hagan comentarios negativos o de burla
delante del niño referidos a este problema. Todo lo que se haga se
debe enfocar de forma positiva y no forzando las situaciones.
Tomado
de diversas Fuentes: J.Valverde
/ EAT Nalvalmoral
/ EOEE-AT-Jaén