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jueves, 5 de septiembre de 2013

Extinguir la conducta de chuparse el dedo

  • HASTA LOS 4 AÑOS DE EDAD:
Es normal que los niños se chupen el dedo antes de los 4 años de edad y en general no se debe prestar atención a esto, sobre todo cuando el niño está cansado, enfermo o nervioso. Hay que ayudarle a superar las situaciones que lo ponen nervioso.

No obstante, si el niño tiene más de un año de edad y se chupa el dedo porque está aburrido, sería conveniente distraerlo dándole. algo para hacer con las manos sin mencionar su inquietud porque se chupa el dedo.

De vez en cuando es bueno elogiarle por no chupar el dedo. Hasta que su hijo sea suficientemente mayor para poder razonar con él, cualquier presión de parte de los padres que se efectúe para que deje de chuparse el dedo sólo producirá resistencia y falta de colaboración.

La acción de chuparse el dedo expresa la capacidad del niño para autosatisfacerse en el nivel sensorial, para calmarse.
El chuparse el dedo es un comportamiento normal en los niños. La acción proporciona tranquilidad y confianza. Después de la edad de tres o cuatro años, es importante que el niño deje de succionar el pulgar, debido a que la succión puede causar deformaciones significativas orales e irreversible. Este hábito con frecuencia es difícil de eliminar y requiere mucha paciencia y habilidad por parte de los padres.
Distráigalo o no preste atención cuando chupe dedo
Es normal que los niños se chupen el dedo antes de los 4 años de edad, por lo que no debe prestarle atención, sobre todo cuando el niño está cansado, enfermo o nervioso; para ello; puede ayudarle a superar las situaciones que lo ponen nervioso, si está aburrido, trate de distraerlo déle algo para hacer con las manos sin mencionar su inquietud, de vez en cuando elógielo por no chuparse el dedo.
Cuando su hijo sea más grande, podrá razonar con él, por lo que no olvide que cualquier presión de su parte para que deje de chupar dedo sólo producirá resistencia y falta de colaboración.

Algunas sugerencias para dejar el hábito:
1. Usted debería ser capaz de explicar por qué debe dejar de chuparse el dedo, este paso es importante para que el niño entienda las posibles consecuencias de continuar chupándose el dedo pulgar. Explíqueselo con palabras sencillas.
2. Involucre a su hijo mediante la creación de un programa de incentivos (“- Si no te chupas el dedo conseguirás esto.”) que le ayude a detener la conducta: por ejemplo, un calendario en el que se señalen los días que se ha chupado el dedo o y los dias en que no lo ha hecho. Cuando no haga la conducta utilice una recompensa apropiada. El objetivo es encontrar una manera divertida con la que ayudar al niño a erradicar la conducta. Creer que sólo con gritos o castigos vamos a erradicar este hábito es erróneo.
3. Esté atento a los momentos en los que el niño está solo; es más probable que se chupe el dedo. Intervenga facilitando la realización de actividades como dibujo, pintura, rimas, etc.
4. También se puede poner cinta adhesiva en el pulgar, un guante o un barniz amargo, pero hay que explicarle por qué le puso cinta adhesiva o un guante. Deberá asegurarse de que entiende que no es un castigo. Dígale que esto es para ayudarle. Para hacerlo más divertido, se puede elegir la cinta adhesiva con pequeños personajes.
5. Ármese de paciencia y observe de forma amplia el carácter y el ambiente con el que interacciona el niño (familia y escuela). Esté atento a las características de su entorno que puedan favorcer está conducta (ambientes y situaciones estresantes).
Qué deben saber los padres:

- El acto de chuparse el dedo, es una conducta que le proporciona al niño seguridad y tranquilidad.
El pecho de la madre, el biberón y el chupete han sido los encargados desde pequeños de satisfacer estas necesidades; por lo que puede que el niño, una vez retirados estos elementos, continué buscando esa sensación placentera en otros estímulos orales, como por ejemplo: su dedo pulgar.
- Es muy frecuente que la conducta de chuparse el dedo esté asociada a otro movimiento con la otra mano, por ejemplo, tocarse la oreja, el pelo, hacer bolitas, tocarse el ombligo, etc
- Otras causas que pueden dar explicación a esta conducta, son:
  • Comportamiento regresivos (nacimiento de un hermano, cambios de domicilio, separación de los padres…)
  • Proporciona seguridad
  • Producido por el aburrimiento
  • Como respuesta a situaciones de ansiedad, inseguridad, angustia…

Consecuencias de chuparse el dedo

Chuparse el dedo puede provocar deformaciones: en el dedo pulgar ocasionando callos y heridas dolorosas, también en encías, dientes y paladar. Esto puede provocar alteraciones en el lenguaje, concretamente dislalias (alteración en la articulación de los fonemas).

¿Qué podemos hacer los padres?

La actitud de los padres es muy importante. Pensad que el problema no es sólo de vuestro hijo sino de los tres. No se arreglará el problema sacándole el dedo de la boca ni diciéndole repetida y monótonamente "deja de chuparte el dedo, pareces un bebé". No lo ridiculices nunca ni le quites mérito. Le cuesta mucho abandonar un hábito que le da seguridad y bienestar. Piensa como él y ponte en su situación.

Valora y motiva cualquier pequeña colaboración por su parte con halagos…. Para los pequeños, visualizar sus éxitos, les es de gran ayuda. Para ello podéis fabricar con vuestro hijo un calendario semanal, en el que anotar utilizando: dibujos, estrellas, coronas… los logros conseguidos cada día. Establece previamente con tu hijo qué recompensa obtendrá si consigue controlar su conducta (poco a poco, primero dos veces al día, luego tres…).Algunas de las recompensa que podéis utilizar son: ir a casa de un amigo, al cine, a casa de los abuelos, un ratito más de juego, etc, evitando así las recompensas materiales que pueden terminar siendo un chantaje.

Por ejemplo: Durante dos semanas vas a controlar exclusivamente esta conducta mientras come. Pega o dibuja un sol los días que lo hace correctamente y no le recompenses con ningún dibujo los días que no lo ha conseguido. Al cabo de los días estipulados puedes canjear sus puntos por el premio establecido
Aunque se chupen el dedo en casa no es frecuente que también lo hagan en el colegio. En el caso de que esto ocurra, explica en el colegio qué sistema sigues de recompensa en casa. Así ellos podrán ser consecuentes con tus objetivos y continuar con la misma metodología. En ningún caso debe ser ridiculizado delante de los demás niños, tanto dentro como fuera del colegio.
  • DESPUÉS DE LOS 5 AÑOS DE EDAD:
Ayúdele a su hijo a dejar de chupar dedo durante el día
Los niños de 5 años de edad ya puede razonar y están en una etapa de desarrollo en la que pueden cooperar con los padres y tratar de superar el mal hábito, para ello es bueno que comprendan la relación entre causa y efecto, la capacidad para distinguir el bien del mal, y la habilidad de practicar cierto control de sí mismo.
Si su hijo está de acuerdo con dejar de chupar dedo, el próximo paso es planificar la actuación a partir de un programa de refuerzo, teniendo en cuenta: que los niños pueden frustrarse con facilidad y querer dejar de intentarlo rápidamente, la ayuda de los padres es fundamental para el éxito por lo que deberán estar a su disposición durante los primeros días difíciles para distraerlo del hábito de chupar, planeando para ello actividades para mantenerle las manos ocupadas, como por ejemplo: dibujar, hacer artes manuales, rompecabezas y juegos(si las manos están ocupadas no se las pondrá en la boca), también podemos buscarnos maneras de recordárselo, como: colocando una cinta en el pulgar… Elogie a su hijo cuando note que no está chupando dedo en situaciones en que antes lo hacía. Esto servirá para aumentarle la confianza en si mismo.

Cuando un niño se chupa el pulgar los padres se alarman y se preocupan por hacer desaparecer esa “manía”, sin pararse a pensar el efecto reconfortante que tiene para el niño ese acto.
Esta preocupación e interés por parte de los padres por acabar con esa manía, les conduce a abusar de los castigos llegando así a situaciones desagradables para los padres y para los niños, a la vez de conseguir pocas mejoras, por lo que es este boletín os proponemos: entender el hábito de chuparse el dedo y orientaciones para su posible solución. Las orientaciones que se proponen, se plantean desde el refuerzo positivo, es un trabajo conjunto entre padres e hijos, que requerirá de mucho esfuerzo, dedicación, paciencia etc pues supone desaprender un hábito.

Después de los 5 años de edad, ayude a su hijo a dejar de chuparse dedo durante el día:

1. La mayoría de los niños de 5 años de edad ya puede razonar y están en una etapa de desarrollo en la que pueden cooperar con los padres y tratar de superar un mal hábito. Deben poder comprender la relación entre causa y efecto, la capacidad para distinguir el bien del mal y la habilidad de practicar cierto control de sí mismo y poder negarse ciertas cosas.
2. Primero, trate de convencerlo para que deje de chuparse el dedo, mostrándole cómo se le pueden estropear los dientes y afectar otras partes del cuerpo. Háblele sobre los aspectos no saludables de colocarse el pulgar lleno de gérmenes o sucio en la boca. Hay que apelar a su orgullo. A esa altura la mayoría de los niños estarán de acuerdo en que les gustaría dejar de chuparse el dedo.
3. Si el niño dice que está de acuerdo con dejar de chuparse el dedo, el próximo paso es planificar cuidadosamente su abandono. Para ayudarles a que tengan éxito, los padres deberían estar a su disposición durante los primeros días difíciles para distraerlo del hábito de chupar, planeando actividades para mantenerle las manos ocupadas, como por ejemplo dibujar, hacer artes manuales, rompecabezas y juegos.
4. Puesto que la mayoría de los niños que tienen el hábito de chuparse el dedo no se dan cuenta de lo que están haciendo, es importante que haya alguna manera de recordárselo, colocando algo sobre el pulgar. Las tiritas con personajes infantiles son útiles durante el día, pero los niños por lo general necesitan ayuda para colocárselas en la parte superior del pulgar. Sin embargo, es importante que el niño use las tiritas porque quiere y no porque sus padres lo obligan. Preséntele este recordatorio como si fuera un ayudante especial para saber cuándo el pulgar se le quiere mete a la boca sin que él se dé cuenta. Limite la cantidad de tiempo que el niño ve televisión durante las primeras semanas y evite otras situaciones que estimulen el hábito de chupar.
5. Los niños mayores también podrán querer una actividad para controlar la urgencia que sienten por chuparse el dedo. Puede sugerirle que haga algo distinto con el pulgar, como por ejemplo colocarlo dentro del puño cerrado durante 10 segundos o girar los pulgares, uno alrededor del otro. Aunque lo mejor es que el niño se acuerde solo, a veces es útil que los padres se lo recuerden al niño, siempre y cuando él esté de acuerdo. Pregúntele si está bien que se lo recuerden cuando él se olvide. Hágalo con delicadeza, con comentarios como "¿Sabes qué?", y poniendo el brazo sobre el hombro del niño para que se acuerde que está chupando dedo de nuevo.

Al mismo tiempo, ayude a su hijo a que deje de chupar dedo de noche:

6. La mayoría de los niños dependen mucho de chuparse el dedo para relajarse y dormirse por la noche y durante la siesta. Este hábito al dormir es la parte más fuerte del comportamiento y la que lleva más tiempo en eliminar. Es importante tratar de superar el problema de noche, al mismo tiempo que se lo trata de superar de día, para reducir la frustración y aumentar la probabilidad de éxito.
7. Los padres, por la noche, puede decir al niño que chupar el dedo para dormirse no es su culpa, porque "ese pulgar se te mete en la boca sin que te des cuenta, porque estás dormido." Necesitará un buen recordatorio, como por ejemplo algo que le cubra toda la mano. Ponerle una media larga de algodón sobre la mano es lo más efectivo. Otra posibilidad es un guante o un títere de mano. Ayúdele a tomar este recordatorio como una manera inteligente y divertida de ayudarle, y no como un castigo. Es importante que los padres recuerden que ellos no pueden eliminar el hábito por el niño. El hábito es del niño, y éste debe cooperar voluntariamente.

Incentivos:

8. Elogie a su hijo cuando note que no está chupando dedo en situaciones en que antes lo hacía. Esto servirá para aumentarle la confianza en sí mismo. Póngale una estrella en su cuadro o déle una recompensa (como una golosina o un cuento más por la noche) al finalizar el día o en un tramo concreto de tiempo si no se chupó el dedo.

Si todas estas pautas no sirven, se debe acudir a un psicólogo, debido a que si se prolonga el hábito pueden surgir problemas de malposición dental.

Es muy importante que no se hagan comentarios negativos o de burla delante del niño referidos a este problema. Todo lo que se haga se debe enfocar de forma positiva y no forzando las situaciones.


Tomado de diversas Fuentes: J.Valverde / EAT Nalvalmoral / EOEE-AT-Jaén